Cada imagen expresa un universo pictórico de gran dimensión, y que encierra un gran inspiración llena de amor a la libertad y la más fina poesía.
Nada es más diciente que las imagenes, pero estas enriquecidas por la palabra escrita, son un incalculable acumulado, capaz de romper el más profundo y agónico de todos los silencios...
RELATO DE UN MORIBUNDO
Siento que las callejuelas de mi barrio se han cerrado como los ojos de un vagabundo al llegar las seis de la tarde.El barro que las cubre parece más espeso al pasar mi estrangulada vida por ellas, pero eso no es nada, hasta el pedazo de tronco que cruza el arroyo de izquierda a derecha, parece fastidiarse con mi paso.
La vieja cabaña, formada por unos troncos acabados por los años, unas tejas que parecen los coladores que usaba mi abuela para preparar sus bebidas, una puerta carcomida por las piedras que lanzaban los niños en las noches, también parece fastidiarse hasta con el aire agotado de mis pulmones.
Ahora sólo me queda esperar que se me caigan los cabellos para botarlos; mejor no, mejor se los regalo a la niña que le gusta hacer figuras con el barro podrido de mis calles, para que a una de ellas le ponga una larga cabellera y oculte su mirada triste y agónica.
Mis ojos los patearé para que rueden por el barro y abran caminos para las hormigas y los sapos; aunque mejor no, mejor se los daré a los niños que no conocen una navidad alegre, para que jueguen “bolita de uñita” o los cuelguen de un árbol de matarratón que adorna para noche buena.
Autor: Lic. Walter Yépez Del Toro.
(Tomado del facsímil “Espacio Poético”)
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