CANTAR POR LA VIDA... NO IMPORTA SI ES POR TRISTEZAS Ó ALEGRÍAS



"Estos Cantos se harán en versos o en prosas; lo que importa de ellos es la forma de mover los sentimientos. Si éstos son de alegría: ¡Que Viva la Vida!... Y si son de tristezas ¿qué le vamos hacer? pero... ¡Que siga Viviendo la Vida!"

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jueves, 13 de diciembre de 2012

PEMEDITACION XII.


"Dar a los niños
Un brillo de cristal
Sin llanto en las pupilas."

…Quiero una canción
De obscuras mariposas
Y blancas rosas
Deshechas por el mar.



…Quiero volver amar
La luz de las estrellas…
Dar a los niños
Un brillo de cristal
Sin llanto en las pupilas.



…Quiero, en una palabra,
 Esa voz de leyenda
En un salto de canguro
Y el solitario vuelo
De las gaviotas tristes.



…Quiero el cielo
Envuelto en un pañuelo
Para recogerte el corazón
Y compartir esta canción
Desde la otra dimensión
Por la que suspiro…
Y lloro.



Dalit R. Escorcia Marchena.

martes, 11 de diciembre de 2012

SENTENCIAS...


SENTENCIA  I  

Me desboqué en el infinito
Sin conocer la sangre que me dio la vida…
Sólo me jugué la suerte
En una ruleta fija: la muerte.
Y le gane más de dos veces
A esta funesta noche
Desde el silencio agreste
Que se anidó en mi pecho…
Y esculpió en tus sueños
Un largo suspiro de agonía.

Es una lógica de acción
El fuego se apaga con el fuego
Cuando no queda nada por arder
Y de las cenizas surgen  alas  grises
Revolviendo el polvo de la tierra.


SENTENCIA II

Se están yendo mis amigos
Unos para  otro lado
Y otros para el olvido…
En tanto, yo aquí sentado
Viendo correr el tiempo
Con la mente vacía,
Los ojos puestos en el horizonte
Y con las manos dormidas
Intentando agarrar la noche
Y, también, ésta me es esquiva…



SENTENCIA  III

Erase la historia sagrada no aprendida
Y el ruido de la virginal naturaleza…
Erase los tiempos más alegres
De lluvia, viento, aurora y tierra…
Erase  un grito hecho palabras
Y así se transformó la historia
Y un hombre actuó autónomamente
Que vino el creador lleno de rabia
Y su molde quebró en mil pedazos…
Añicos volvió la razón de la existencia. 
                                   

SENTENCIA  IV

Del amor se dicen tantas cosas…
Tan lineales y tan trágicas.
Y una luz cruza la tarde,
Un perfil en la ventana,
Una niña enamorada…
Un ave chupando el néctar
En las rosas…
Y la inocencia
Incrustada en un cuchillo…
Una mirada, sosegada, contemplando
Como se mueren las horas…
Y una niña llora y llora
Con su falda ya manchada…
Ha muerto hoy la inocencia
Y virginal nació otra aurora.

                  
                     
Dalit R. Escorcia Marchena.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Y EN TU TUMBA, VALLEJO…


El poeta peruano César Vallejo

…César,  en tu canto se oculta
Esa tristeza de un continente que reclama
Una inclusión en el mundo del mañana
Gobernado por las huestes siderales…
Y veo tu esbelta figura que se enmarca
Y se entrega a la luz de esas ventanas
Oquedad de oquedades por  donde tus sombras
No se dejaron  ir en pos de las llamas infernales…

Vallejo, poeta, bardo amigo, a quién no amas?
Si tu corazón henchido se abrió como una ostra
Y dejo escapar irísante un concierto de alas
Para darle América, en Europa, voces sacras
De una eterna flor de habana  y,  hoy radiantes,
Argentinas   mariposas encantadas…

Y en ese Perú de raza inca, naciste
Con el color y  dolor clavado en la carne mestiza…
Vallejo, has recorrido el cosmos  desde antes,
De lo superficial a lo profundo, en pos del arte
Cantando, cantando, cual  la brisa en sortilegios
Sobre las cumbres y  los  valles de  tus Andes…

Y dejas, Vallejo,  escapar con tanta prisa
El agónico clamor de los trigales
Que trituras y amasas con tu sangre y tu risa
Para hacer,  de él, nuestro pan de cada día,
Y el remedio para todos nuestros males…

Y en tu tumba, Vallejo, de alegría,
Brotarán los más tiernos manjares
Conservados  por  los siglos de los siglos
Como alimento, en tu tierra, para los ángeles.
¡Oh, gloriosa vendimia  en  poesía, tú eres,
Para los dioses ancestrales de la vida,
Brote de luz en eterna  ambrosía
Que ebrios de dicha y fantasía
Volverán a reinar sobre tus Andes!

Autor: Dalit R. Escorcia M.