…de ti, Neruda, hemos heredado el silencio
De esos miles de gritos que se ocultan
en tus cordilleras
Y vibran como las olas de es imponente
océano
Que dejó de ser pacífico cuando
conocieron el odio,
El dolor y la mentira traída y sembrada
Desde esas lejanas tierras cultivadas para el oro
Y adornadas con la sangre y la piel de
nuestros ancestros.
…de ti, Neftalí, se nos llenaron los sentidos de tus versos
Y nuestros labios dejaron escapar hacia
el cielo mil suspiros
Cual aves que se alzan en singular y
solitario vuelo
Para ir sembrando en tu tierra otras
residencias
Otros cantos de amor para disipar el
desconsuelo
Creado por el cabalgar y el gruñir de
cerdos y perros.
…de ti, Pablo, recogemos unas gigantes banderas
Que ondean en sus astas desde aquella
isla vestida de luto
Y se van esparciendo por todo este
continente,
Que aún bajo el yugo, se muestra
imponente
Frente al continuo acecho de míseras
fieras
Que siguen rondando su pecho de ferviente
gacela.
…de ti, gran Poeta, se derramó la lluvia
y el polen
Y crecieron frondosos árboles para dar primaveras
Donde sólo dejaron extensos veranos las
manos salvajes
Que trajeron la Biblia, mas no
la nobleza de ese ser sagrado,
Infinito y bueno, Señor de señores,
mentor de los sueños
Y del canto sublime del ave y del
hombre… soñado.
…de ti, humilde bardo, nos queda la vida
y la lucha
Hechas un solo poema, de verde-esmeralda, de sol y de luna
De oculta linterna que brilla en el
fondo de nuestra mirada
Y entrega destellos de un sentir
profundo, pero ya sin odio…
¡No tienen la culpa los que han heredado
la cobarde envidia
De aquellos hidalgos que nunca supieron amarse así mismo!
Autor: Dalit Rafael Escorcia Marchena.
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