Que son la más perfecta prolongación de mi cuerpo,
por ustedes siento, desde
lo más distante de mi ser...
la lluvia y el viento que
llega besando mi rostro.
Han hecho de mí la huella
inmensa de los cielos
forjando con sus dedos las
cosas más hermosas
que Dios ha dejado, en mí,
hacer con sutileza...
Cada parte de su ser me
dimensiona y estremece,
me permiten acariciar las
texturas de las superficies...
¡y así llego al roce de la
piel, de ese ser, que es la mujer!
No saben cuánto alimentas
mis sentidos, despertándome
la furia que enciende todo
mi cuerpo, mis carnes, mis latidos,
sin que mis ojos sean
testigo de la pasión que me envuelve.
Con ustedes, he construido
las formas más preciosas
que
siglo tras siglos han ido emergiendo de mi mente
¡dejando un estela de
belleza, que he nominado arte!
Y aún, con el pasar de los
años y desgastado mi aliento,
Ustedes cumplen esa misión
indeclinable de irme señalando, marcando,
aquel sendero que me
conduce a la gloria de sentir el fuego...
de palpar su talle, de
rozar su cuerpo y ajustarlo al mío
al deseo profundo de
seguir viviendo bajo el mismo techo
sin que exista el ruido y
la luz perturbe mi oscuro momento!
Febrero 3 del 2013.
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